Blogia
aunqueseaceniza

ese maldito yo

M.

M.

 

 a

 

 

 

 

 

 a

 

De REP.

Ta los güevs...

... de la Internés, Timofónica, el ADSL, las dos horas hasta Castelldefels y mi contractura muscular.

Joé, que cuando la vida se pone de canto...

Mind games

Mind games

Nicolas de Staël, Salinas, 1954.

Mientras recorro la sala de exposiciones, me digo que los experimentos espaciales de Nicolas de Staël los practicó Maria Helena Vieira da Silva con más hondura y, sobre todo, obteniendo de ellos una capacidad de fuga desde lo plástico hacia la reflexión existencial que no encuentro en el ruso. Me digo, también, que esa búsqueda del trazo esencial que vertebra un paisaje y que contiene potencialmente todas sus variaciones se encuentra ya en Turner (y no, no ignoro que un día sobrevino el cubismo), y creo concluir en que no tiene objeto explorar donde otros ya han encontrado (sobre todo si lo que quiera que sea lo han encontrado mejor). Pero viendo los cuadros de Agrigento --ese trabajo tan sereno para encontrarle la médula al paisaje, esa habilidad para que el corazón del espacio sea un color--, vuelvo sobre mis pasos y pienso que por qué no: que al fin y al cabo, quién a estas alturas cree que puede encontrar nada nuevo (ni quién después de la cultura griega, posmoderna estoy, vive Dios), y que sabiendo eso, lo mejor es darle algo con que jugar a la cabeza, hasta que esta decida abandonar su entretenimiento.

La de Nicolas de Staël decidió dejar la partida en 1955.

... y sin embargo

es curioso

pero en muchos sentidos

 l'inesplorata

aaaaaaa aaaa aaa sigue siéndolo profundamente

a

En otro lugar

En otro lugar

Eduardo Chillida, Casa del poeta

 

 

 

 



 

Aquí vivir, con un sencillo horizonte frente a la ventana.
Si fueran siempre así de puras las líneas.

Recovero

m. y f. Persona que anda a la recova.

recova. (Del m. or. que recua.) f. Compra de huevos, gallinas y otras cosas semejantes, que se hace por los lugares para revenderlas.

Del DRAE.

Era chaparro y gordo, de piel cetrina.
Se pasó la vida vendiendo huevos, verdura, carne, tabaco o lo que fuera. Primero en burro, luego en moto, luego en furgoneta. Atenido al estómago (al suyo, al de su mujer y al de sus dos hijos). Hacía mil chanchullitos y pequeñas componendas para rascar cinco duros más (si hubiese tenido Marbella en sus manos). Sus bostezos concluían con un aullido estentóreo y regocijado.

Recordaba el franquismo con melancolía, votaba al PP, escuchaba la COPE; pero sobre todo era del alcalde de su pueblo (tenía un póster electoral en el almacén, entre las bicicletas y las cajas de cartón, y le hacía ojitos).
Pertenecía, por consiguiente, a ese tipo de hombres despreciable tanto para la clase bien --por su condición de chusma y sus maneras zafias-- como para las lúcidas mentes concienciadas.

Reaccionarismo y estómago.
(Sobre la conciencia como objeto de lujo.)
La realidad, es lo que tiene.

Y Burjulú desaparece todos los días.

Alea jacta est...

a
...o cualquier cosa que sea conveniente
decir cuando uno echa pie al barranco.
a

ﻦﺗﺭﻣ

 q

"Quiero que pongas en este papel todo aquello que te gustaría que desapareciera de tu vida", le dice.

"El silencio", escribe entre otras cosas.
a 

Genio y figura

M.: --¿Y qué tal?
G.: --Aquí, con mis thanatos.

a

Violencia onírica

Violencia onírica

Aubrey Beardsley, ilustración para E. A. Poe, The Black Cat (1901).

Sueño con D.  Sueño con J., y con su madre y su abuela (que están fregando el suelo de rodillas).  Sueño con un gato negro que no recibe nada del bocadillo que yo voy comiendo por la calle, de modo que decide lanzarse sobre mi boca, el morro superior dentro de ella, la mandíbula inferior clavada bajo mi barbilla (siento dolor, pero menos del que debiera).  Cuando logro desenganchar al gato de mi boca, lo agarro por el cuello y comienzo a sacudirlo una y otra vez contra el suelo (cual el tipo que sale en la portada del disco de Siniestro Total con la gaita correspondiente).  En cada golpe siento al animal como un fardo, y el trompazo sordo pero perfectamente ensañado y enervador y denso subiéndome por los brazos.  Cuando me incorporo de esa escena betunosa, el gato desaparece.  Camino hacia una esquina donde me esperan mi hermana y mi padre, y al paso farfullo unas cuantas palabras: mi lengua hace caer algunas migas ensangrentadas.  Sueño con Adela, que me dice que poca broma con los gatos, que a ella se le enganchó uno a la cara en una ocasión, y se las vio para deshacerse de él. 

(Gato furioso.)

Asesinos

Regardez autour de vous, et regardez-vous vous-même: le monde grouille d'assassins, c'est-à-dire, de personnes qui se permettent d'oublier ceux qu'ils ont prétendu aimer. Oublier quelqu'un: avez-vous songé à ce que cela signifiait ? L'oubli est un gigantesque océan sur lequel navigue un seul navire, qui est la mémoire. Pour l'immense majorité des hommes, ce navire se réduit à un rafiot misérable qui prend l'eau à la moindre occasion, et dont le capitaine, personnage sans scrupules, ne songe qu'à faire des économies. Savez-vous en quoi consiste ce mot ignoble ? A sacrifier, quotidiennement, parmi les membres de l'équipage, ceux qui sont jugés superflus ? Les salauds, les ennuyeux, les crétins ? Ceux qu'on jette par-dessus bord, ce sont les inutiles - ceux dont on s'est déjà servi. Ceux-là nous ont donné le meilleur d'eux-mêmes, alors, que pourraient-ils encore nous apporter ? Allons, pas de pitié, faisons le ménage, et hop ! On les expédie par-dessus le bastingage, et l'océan les engloutit, implacable. Et voilà, ma chère mademoiselle, comment se pratique en toute impunité le plus banal des assassinats.

Amélie Nothomb, Hygiène de l'assassin, Albin Michel, 1992, p.182.

Matemáticas

Matemáticas

O. dirá lo que quiera, pero si p, q.

a

Hambrientos

Hambrientos

cuídate de mí amor mío / cuídate de la silenciosa en el desierto / de la viajera con el vaso vacío  

"Por hambre yo entiendo esa falta espantosa de todo el ser, ese vacío atenazador, esa aspiración no tanto a la utópica plenitud como a la simple realidad: allí donde no hay nada, imploro que exista algo.  [...] El hambre es deseo.  Es un deseo más amplio que el deseo.  No es voluntad, que es una forma de fuerza.  Tampoco es debilidad, ya que el hambre no conoce la pasividad.  El hambriento es un ser que busca.  [...] el hambre que despechuga y vacía el alma de su sustancia, es la escalera que conduce al amor.  Los grandes enamorados fueron educados en la escuela del hambre. 

"Los seres que nacieron saciados --hay muchos--  nunca conocerán esa angustia permanente, esa espera activa, esa febrilidad, esa miseria que despierta día y noche.  El hombre se construye a partir de lo que ha conocido en el transcurso de los primeros meses de vida: si no ha experimentado hambre, será uno de los raros elegidos, o de esos raros malditos que no edificarán su existencia en torno a la carencia. 

"Quizá sea la expresión más cercana a la gracia o a la desgracia de los jansenistas: no sabemos por qué algunos nacen hambrientos y otros saciados.  Es una lotería.

"A mí me tocó el gordo.  [...] Como era de temer, esa hambre trajo consigo los peores contagios: desde muy joven, tuve la lamentable impresión de no recibir nunca la porción congrua.  [...] Era un complot cuyo secreto objetivo debía de ser la frustración.  'Alguien' (¿quién?, nunca lo supe) intentaba engañar a mi hambre.  Era un escándalo.  Por desgracia, a mi indignación le sucedió muy rápidamente la vergüenza, cuando comprobé que los demás niños se conformaban con aquella situación; peor aún, ni siquiera veían qué problema había.

"Vergüenza típica de la primera infancia: en lugar de sentirse orgulloso de su mayor nivel de exigencia, vivirlo como una singularidad culpable, ya que el ideal consiste en parecerse en la mayor medida posible a los individuos de tu edad."

Amélie Nothomb, Biografía del hambre, Barcelona,
Círculo de Lectores, 2006, pp. 19-22.

A veces uno necesita de un espejo.  O bien: a veces las palabras de otro son el trazo firme que perfila un esbozo apenas intuido.  Y cuando esa figura se completa, lo invade a uno la alegría de saberse.  Demonio, ángel o marioneta bufa, pero ya sabe uno a qué se deberá atener.  Esta mañana mi cerebro ha sentido temblar de gusto y abrirse dulcemente a todas sus dendritas cuando al leer a la Nothomb ha recordado que pasé los tres primeros días de mi vida sin comer lo bastante. Al parecer mi madre no tenía leche suficiente, nadie se dio cuenta, y yo me pasaba las noches berreando.  Hasta que el pediatra me reconoció y le dijo a mi madre: "Señora, lo que esta niña tiene es hambre".  El médico indicó una medida de biberón y a partir de aquel día pasé las noches como una bendita.  ¿Tengo que añadir que suscribo letra a letra todo lo demás?

a

Como tú

Como tú

Cuando estoy esperando el metro en Plaza Catalunya, fijo siempre la mirada en las vías.
Busco los ratoncillos que se deslizan por los raíles.

No sé por qué, me parecen de los míos.

a

Pastora

 a

Yo no sabía que la vida tenía tantas manías con los torpes...

a

[...]

 a

M.: --El problema es que tienes an-
te ti un cuadro enorme y solo ves el
agujero de la esquina.

G.: --No, no: el problema es que yo
soy el agujero.

a

Tiempo liberado

Tiempo liberado

Henri de Toulouse-Lautrec, Sola, 1896 (detalle).

...que la tierra que Van Gogh ha pisado no puede estar condenada.
Tampoco los huesos que JAV estrechó.

Hace tan solo unas horas que vuelvo a disfrutar de muchas cosas.
Extrañamente, lo que creía que iba a hundirme por completo me ha quitado un gran peso de encima.
(O por la puerta del infierno solo se puede salir al cielo.)

Esta ligereza, y la mansa compañía de la luz...

a

Viejas escenas

...que el tiempo trae de nuevo.
(Ay, al parecer ando atrapada en el día de la marmota.)

a

Inexplorados

Con espanto miro cada día, cada hora, en este instante, tanta belleza ofrecida al filo de la nada.  (I dwell in Possibility-- / A fairer House than Prose--; pero cuántas posiblidades se desvanecen sin ser visitadas, cuántos rincones oscuros de este cuerpo no se iluminarán al tacto de la voz ajena.)

Un día el tiempo acabará, y todo lo que podría ser habrá quedado desconocido.

Belleza intacta y nosotros ya sin manos.
Nosotros, sus principales malgastadores.
Sus más necesitados. 

 

Habitantes II

Habitantes II

Marina Núñez, de la serie La locura / monstruos (1997)

 

En medio del pasillo de mi casa duerme una loca furiosa.  Cuando tengo que pasar junto a ella lo hago muy en silencio, cuidadosamente, casi sin sentirme.  Contengo la respiración, hago leves los pies, y me deslizo.  En realidad todo cuidado es inútil; pues el sueño es criatura tornadiza y no se puede controlar sus ritmos.  A veces, estando yo en el comedor o en la azotea, inevitablemente se despierta.  Entonces lo destroza todo a su alrededor: revienta las habitaciones, ataca a las visitas, me asalta por la espalda, ella misma se araña y se desmonta. 

Cuando la rinde el esfuerzo, vuelve a dormirse.

Yo comienzo como siempre una perpleja tarea de reconstrucción.