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Todos putas

Todos putas

Hace frío a las ocho menos cuarto de la mañana, en la A-7. La luna está enorme, entera. Saliendo de Barcelona, tengo una tranquila (y eso la hace más hiriente) sensación de intemperie. Quiero decir, de desamparo: todos esos coches que ocupan el carril de entrada a la ciudad, durante kilómetros. Todos los que todavía a oscuras y con sueño, solos con su cansancio y el anodino delirio del tráfico, van a  poner en funcionamiento el correspondiente engranaje. Todo esto chupa una ciudad como Barcelona: tanta vida en venta. Recuerdo a Marguerite Duras, aquellas páginas al final de Escribir: basta una lista con los nombres de todos los que durante veinte años han trabajado en una fábrica para entender las dimensiones del dolor y --quizá, si fuera posible, y con extrañeza-- la alegría. Recuerdo también a Léon Bloy: "Entonces pensaréis en el cementerio, situado en el otro extremo de la hermosa avenida de cipreses que parte de esta loquera". Y aquella ternura cegadora y ridícula con que lo decía Fernando Arrabal.

De mayor...

De mayor...

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... yo quiero ser como este señor. Namoraíta estoy.

París, II

París, II

Los nublados de París desde los puentes sobre el Sena, o cómo el crepúsculo no es inocente. Walter Benjamin decía que lo de Haussmann fue talento escénico, y uno piensa que debe de ser cierto cuando ve el Panteón (tachán tachán) alzarse al fondo de la calle Soufflot como si bajando por Boulevard Saint-Michel alguien corriese a mano derecha el telón que (des)cubre la maravilla civilizatoria. Después la tradición escenográfica tuvo otros grandes hallazgos, qué duda cabe: véase la torre desde el Palais de Chaillot, y ese arco tan rentable, de lejos o de cerca, que enmarca los Campos de Marte como si uno pudiera entrar en el mito por la puerta grande de la ingeniería (de la industria al cielo). Pero si hay algo que extasía verdaderamente los sentidos, y los engaña y los encanta y los envuelve en la belleza de un trompe l'oeil maestro, son los cielos de París cuando se nublan.  Pensar en la maravilla natural es inmediato al contemplar esa seda grisácea que tamiza la luz y la traduce en todos los matices de un silencioso encono atmosférico. No obstante, uno se percata de su candor al divisarla desde el Pont Royal en dirección a Ile Saint-Louis y ver cómo ese tejido de agua y luminosidad pasa de la tersura brillante al revuelo nuboso para arrebatarse en tragedia oscura allí donde la mirada coincide con el punto de fuga del río. ¿Tengo que añadir que una de las transformaciones más radicales de Haussman supuso despejar la vista arrasando con el barrio medieval que se levantaba sobre Ile de la Cité?

El Roto de hoy

El Roto de hoy

Los clásicos

Al oír a este señor, he recordado a don Inocencio nadando al tiempo que sibilinamente guarda la ropa. Bien decía Ricardo Gullón que ciertos personajes de Doña Perfecta guardan en sus corazones la más acendrada tradición del reaccionarismo español:

[...] mi labio no os incitará a la pelea. No lo ha hecho nunca ni ahora lo hará. Obrad con arreglo al ímpetu de vuestro noble corazón. Si él os manda que os estéis en vuestras casas, permaneced en ellas; si él os manda que salgáis, salid en buen hora. Me resigno a ser mártir y a inclinar mi cuello ante el verdugo, si esa miserable tropa continúa aquí. Pero si un impulso hidalgo y ardiente y pío de los hijos de Orbajosa contribuye a la grande obra de la extirpación de las desventuras patrias, me tendré por el más dichoso de los hombres [...].

A día de hoy, también nos piden que mostremos lo que tenemos en el corazón. Si Galdós levantara la cabeza, el pobre.

Lo juro

P.: --¿De dónde ha sacado esto?
L.: --Pues de una tienda de Zurich. Aquí está el ticket.
P.: --Esto se tiene que quedar aquí.
L.: --¡Pero si es queso!
P.: --Se tiene que quedar aquí.
L.: --Pero...
P.: --Mire, señora: esto tiene la misma consistencia que la Goma-2.

En el aeropuerto de Zurich, a propósito de un queso untable.

Locos

Locos

Pieter Bruegel, el viejo. Greta, la loca, c. 1562 (detalle).
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Cazado al vuelo de un documental sobre mendicidad:

--¿Tú quieres saber lo que es la calle?
-- ...
--Un psiquiátrico mu grande.
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¡¡¡¡ ... !!!!

--Barcelona vive demasiado preocupada por conservar intacto su alto nivel de calidad de vida.

--Su comodidad mental, querrá decir.

--Hace tiempo que he llegado a la conclusión de que Barcelona no participa como debiera de las incomodidades del siglo XXI. Y ello acabará perjudicándole. Lo que la burguesía y la menestralía supieron hacer en el tránsito del siglo XIX al XX --arriesgar, jugársela, verse las caras con una realidad social difícil e incluso violenta, construir nuevas dimensiones...-- me temo que no se está haciendo en el tránsito del siglo XX al XXI. No existe la misma ambición. Me sabe mal decirlo, pero esta es mi conclusión: tras haber conquistado una gran calidad de vida, Barcelona vive atenazada. Tiene miedo al riesgo y a la intemperie.

De La Vanguardia (11-II-2007): Joan Clos, espíritu inquieto y transgresor, hecho a los inconvenientes y las incertidumbres de la vida aventurera, responde a las preguntas de Enric Juliana.

(Las mañanas que bajo a trabajar desde Gracia paso por una Caixa en cuyo portal duerme invariablemente un bulto bajo una manta. No dentro, no en el cajero. A la intemperie, ciudadano constructor de nuevas dimensiones.)

Brecht by Forges

Brecht by Forges

y aquí, repitiendo la historia

Y tú que lo digas

Y tú que lo digas


por una vivienda digna

El guerrero del antifaz

El guerrero del antifaz

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Mira que he tenido que oír sandeces este mes (además de asistir atónita a ese obsceno  baile sobre las tumbas que se está llevando a cabo en nombre de la tesis del golpe de Estado); pero desde luego la del ocurrente doméstico de Murdoch se lleva la palma.  Azorín vino a decir una vez que, siguiendo una ley de equilibrio universal, las mentes sanas de un país no se entendían sin la existencia, complementaria e indispensable, de las anómalas.  De lo cual se derivaba indefectiblemente que no habría habido Góngora sin el enano don Sebastián de Morra.  Pues eso.

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Cuba

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Cuando las barbas de tu vecino veas liberar...

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Cuando el Govern se pone metafísico

Pero qué alto sentido de la ironía existencial...

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Yo estaré ahí

Yo estaré ahí

Acabo de enterarme de que se está convocando por Internet una sentada en diferentes ciudades españolas (Barcelona, Madrid, Valencia, Salamanca...) para el 14 de mayo, con el objeto de reivindicar el derecho a una vivienda digna.  En Barcelona es a las 17 h. en plaza Catalunya.  El mensaje está corriendo por mail, pero se encuentra también en Indymedia, en Wikimedio (donde aparece la relación de ciudades y los lugares en que se producirá la cita) y en montones de blogs.

Prensa: Telecinco, Granada Digital, Madridpress.com, La Voz de Galicia (un poner).

Me pregunto si los medios se dignarán a darle a esto la cobertura obsesiva que le proporcionaron al botellón.

 

Joé...

Joé...

...que casi me quemáis el Almirall.

Y de todos modos sigo pensando...

Todavía más.

 

Santa ira

Santa ira

Laura Patricia Quintanilla Silva, Lanzallamas II, 1999

En el telediario de Antena3 de este mediodía, escucho al locutor referirse a los incendiarios de las manifestaciones francesas como "alborotadores".  No me pondré quisquillosa con la ideología de la cadena; porque es una tendencia que ya he detectado en otros medios: la de reducir la tensión social a gamberrismo gratuito.  Al parecer, la ley del gobierno francés no es una provocación violenta ni arbitraria.  Claro, se sostiene sobre la razón económica (que los jovenzuelos manifestantes son incapaces de comprender).  Eso al menos es lo que sugiere el director adjunto de La Vanguardia, en un articulito de pirómano donde derechos históricamente conquistados --no sin un precio-- aparecen como capricho de inadaptados a la coyuntura globalizada (además el señor se nos pone poético y pronuncia el nombre de Blade Runner en vano).  No es que a mí me hagan gracia cosas como esta; pero considero que semejante perversión del discurso es tan agresiva como la quema de un contenedor.  Y estrechar el embudo siempre por el mismo lado, no te digo. 

De La Vanguardia:

"Botellón, también político

"ALFREDO ABIÁN - 19/03/2006
"Director adjunto

"Mirar el tragaluz por el que se filtra la actualidad, real o magnificada, continúa provocando un cierto desasosiego. Empezamos a ver con más frecuencia detalles y cosas que nadie creería. Y tememos acabar como el pobre replicante interpretado por Rutger Hauer; con la batería vital agotada cual Nexus de la serie 6. Veamos. Las calles de las principales ciudades francesas andan estos días revueltas por una protesta estudiantil contra la reforma de los contratos laborales para jóvenes. Algunos prefieren seguir en el paro con una legislación garantista, antes que encontrar trabajo a cambio de renunciar a parte de unos derechos adquiridos que la globalización demuestra inaplicables. Aquí, en un arrebato esotérico, alguien ha intentado que la agitación juvenil llegara a nuestras capitales de la mano del alcohol. Rotundo fracaso. En el peor de los casos, apenas el 0,5% de los más de nueve millones de españoles de entre 15 y 19 años tiraron de botellón en la madrugada de ayer, aunque el comportamiento de una minoría violenta pueda hacernos creer que los cuatro contenedores incendiados eran naves en llamas más allá de Orión. Aquí confundimos con excesiva frecuencia a Blade Runner con Harry Potter, cuando la realidad se aproxima más a la complejidad relatada por Ridley Scott que a los juegos de manos que hacen las hadas del presente. Quizás por ello también produce hastío el interminable macrobotellón político que pretendidos adultos convocan casi diariamente a costa del Estatut."

Vino y res publica

Vino y res publica

Le decía este mediodía a mi hermana que los españoles estamos demostrando ser más postmodernos que los franceses: ellos se manifiestan para que el sistema sea racional; nosotros actuamos simplemente al margen del sistema.  Si la empresa te acogota, ocupa la plaza pública y entrégate al furor báquico (creo que Bajtin estaría orgulloso de nosotros).

Y no; no voy a hacer como The Times (que presenta ambas noticias, la de las manifestaciones francesas y la de los macrobotellones españoles una junto a la otra en su edición en papel) y aludir a la frasecita franquista que después se ha convertido en azote crítico de la caspa española.  Porque ¿saben ustedes?  Me parece muy bien.  Todo lo que sobrepase con semejante desparpajo las políticas hiperordenadoras de este señor me parece fantástico (y puestos a evitar los obstáculos policiales, ¿por qué no hacerlo en el recinto del Fórum?: ah, señores, eso sería de una justicia poético irónica insuperable, y además los vecinos no tendrían motivo de queja). 

Soy enemiga de encuentros masivos (la Mercè, Navidad y Sant Jordi me desquician), y en cuanto al alcohol, digamos que a la segunda copa de vino ya estoy chisposita.  Pero es que estaba pensando este mediodía que hace dos años, para celebrar mi cumple, Julia, Will y yo fuimos a un súper, compramos una botella de Penedès, nos sentamos en las escaleras de la iglesia que hay en la plaza de la Virreina y nos repartimos el vinito tan felizmente.  Y he pensado que ese momento de dicha elemental ahora me costaría una multa.  Y que comienzo a estar hasta los güevs de tanta tontería (otra vez poniéndome parriana).  Así que me encanta el gesto tocanarices de esta desordenada, gamberroide e inmotivada ocupación del espacio público.

Un día de estos me planto ante dos mossos con una botella de vino llena de agua, por aquello de joder (o si no: todos a la Rambla del Raval con una botella de Viladrau, ¡juas juas!). 

Farmacéuticas

Farmacéuticas

Y seguimos con los médicos. 

Visita de mi padre al de cabecera para intento de adelantar fecha del TAC de mi madre.  Comentarios diversos sobre la situación pésima de la sanidad.  Una anécdota farmacéutica: un antibiótico que hasta ahora rondaba los 50 € ha bajado su precio a 18.

El mismo antibiótico, distribuido para animales, no sube de los 5 €.

Este país (II)

Este país (II)

Visita a la traumatóloga para seguimiento de la sospechada hernia discal de mi madre.

La traumatóloga es todavía residente.

Hablamos de mi trabajo, de mis escasas posibilidades de supervivencia económica en el supuesto remoto de que me quedase en la facultad.  Mi madre expresa su antiguo deseo de que la moi hubiese sido médico en lugar de filóloga.  La traumatóloga se ríe y hace un comentario irónico sobre su nómina.

Los médicos cobran a 4 € la hora de urgencias.

Este país

Este país

Francisco de Goya, Gaspar Melchor de Jovellanos, 1798. Museo del Prado (detalle)

Las bromas tendenciosas de la Cope

El PP justifica la ausencia de Rajoy y atribuye la victoria de Morales a la inundación de petrodólares venezolanos

Bono ordena el arresto domiciliario del general Mena y propondrá su cese

El presidente del Supremo equipara hablar catalán en Cataluña con bailar sevillanas en Andalucía

Anda que llevamos una antología de un tiempo a esta parte...

Parece que vamos a tener que seguir entregados a la melancolía un siglo más.