noticias de Gurb
Llamadme párvula...
Lírica, plástica, blandula, Polifema mía
Pasajes
La cucaracha
Gregorio Samsa
Gregorio Samsa
ya no puede caminar,
porque no tiene,
porque le faltan
las dos patitas de atrás.
Pobrecito Gregor Samsa,
pobrecito Gregor Samsa...
Diccionario Yahoo-Gurb
a
failure delivery. loc. Jódete deliberadamente.
a
Ora et labora
Gurb va al médico de cabecera para consultarle sobre el que ya es tercer catarro del verano (ese equipo de aire acondicionado suspendido justo a su espalda). Aprovecha y le pregunta a la doctora acerca de sus mandíbulas: ¿por qué si ya no se encuentra en aquel infiernillo oficinesco que le crispó los trapecios en hermosísimo caso de contractura muscular, sigue apretando los dientes por las noches? ¿Por qué, si ya no continúa siendo asaltada por las iras del cliente razonablemente encolerizado? Gurb está contenta con su trabajo. Gurb ama esas dulces solapas satinadas de los libros a los que da el apresto final. Es cierto que últimamente ha tenido que asumir más responsabilidades; pero podría decirse incluso que eso lo ha tomado por el lado bueno. (Y las solapas siguen siendo tiernas y satinadas.) ¿Por qué entonces Gurb hace rechinar los dientes?
La doctora ofrece una explicación inesperadamente trágica. Dice que ese rechinar forma parte de la personalidad de Gurb. Que su sentido del deber se manifiesta de ese modo. Que su educación la ha llevado a interiorizar la responsabilidad de esa forma tensa y sostenida. Los crujidos molares de Gurb son como un fatum.
Cuando Gurb me lo cuenta, no puedo menos que dedicar un momento al recuerdo de las monjitas que nos inculcaron con denuedo el bendito sentido del deber.
(De madrugada, como un estrépito de guijarros oscuro e íntimo, se oye el chasquido de los dientes de Gurb.)
Un libro
El rey que abdicó
De la sabiduría popular y otras lloviznas para tiempos de sequía
Para conocer a fulanillo, dale un carguillo.
(Recogido por Gurb, ah mi pequeña cómplice en la creación del lenguaje privado, en alguna parte debemos de guardar todavía aquel diccionario de glíglico que comenzamos y que al cabo de unos meses se quedó obsoleto a causa de esa impenitente voluntad de cambio que caracteriza a la lengua de los mimos. Mi querida Gurb: estoy cansada, Martínez Ruiz es un lío y no consigo alcanzar la palabra que haga florecer el desierto (como la lluvia en Atacama). Pero cuando me acuerdo de ti, sonrío y camino más despacio.)
Justicia histórica
Vaya como adelanto esta Lulú loca, frívola y despiporrada cual cocotte campestre y volandera.
Mi lugar ausente
Gurb puede ser como una candelita o como una respiración compañera en la noche.
Gurb es sin lugar a dudas el mejor sitio de estar.
Cuando el mazo lo tiene Dios
(Por cierto: el pelo lo tiene ya completamente alborotado.)