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aunqueseaceniza

Salir del Pryca, entrar en la Cultura y no dar ni las gracias

Lo que le escuece a Echevarría es que Pérez Andújar haya ido con su avidez de niño curioso hasta los bolsillos de la cultura para introducir en ellos sus finos dedos de carterista literario y hurtar los juguetes de los elegidos: el fraseo de Gómez de la Serna, el lirismo de Francisco Umbral. Aunque no acaba ahí su pecado, no: porque la cultura se jacta de redimir a prodigios menesterosos, de asistir a alumnos aventajados con beca hacia el Parnaso. No: lo que sobre todo zahiere a Echevarría es que Pérez Andújar hurte los juguetes literarios de la alta, no para sentirse de los iniciados y agradecer su acogida en el reino del estatus cultural, sino para amancebar a Machado con el TBO en contubernio antinatura y desde ahí volver a su gente. Es políticamente insoportable que el beneficiado por la generosidad de la cultura democrática —¡pero si le dimos hasta estudios!— no rinda honores a los espacios literarios que le abren sus puertas cerrando él los ojos a todo lo que esos espacios excluyen. Que Pérez Andújar no traicione lo que sabe para optar a la palmadita en la espalda es in-to-le-ra-ble.

Y como cree el burgués que todos son de su mismo interés, el crítico acusa al novelista de estar explotando la marca registrada del rencor social para hacerse con un espacio en el Editorial System.

a

Javier Pérez Andújar, Paseos con mi madre.

2 comentarios

sociedaddediletantes -

"Rencor social" marca registrada. Muy bueno

Alicia -

Leí la reseña esta mañana y lo añadí a mi libreta en el apartado "Libros que quiero leer". Pero me voy ahorita mismo a pillarlo, mira tú...