
Recuerdo aquella historia de
Amores perros en que una modelo se desquicia a causa del ruido provocado por lo que ella supone una invasión de ratas bajo el parquet de su nuevo apartamento. También recuerdo la asociación inmediata de Julia: los desharrapados reproduciéndose bajo los cimientos de la ciudad construida por el dinero (o versión mejicana de
Metropolis).
Parece ser que al señor Bohigas le está ocurriendo algo semejante.
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