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aunqueseaceniza

La misma historia

La misma historia Marc Chagall, La casa incendiada o El carro volador, detalle

Debo atenerme a los perfiles de la realidad (el metal de voz de mi hermana, las canciones de Juan Perro, las Impatiens a punto de florecer) para no subirme al carro del arrebato. Es por eso que en lugar de seguir revisando cómo me encuentro ni cómo no, acudo a un poema de Carlos Marzal que suscribo en cualquier momento, e intento detener mi cabeza --máquina infernal-- yéndome a poner lavadoras.

CREDO QUIA ABSURDUM

Si no inspirara vértigo su hondura,
si no infundiese al alma aventurera
un frío sideral,
si no nos adeudara
los insólitos dracmas de los sueños,
si no hubiese negado nuestro nombre,
no habría para qué
ni para tanto.

Esta desobediencia
para con la cordura, este imprudente
amor desventurado es nuestra gloria.

Si no fuese a perder, no habría triunfo.
Cualquier pasión se impone en su arrebato,
cualquier enfermedad llega a ser íntima.

Alteza incomprensible,
tu púrpura es oscura.
No hemos llegado aquí para entenderte.

Bailo sobre las brasas, porque es triste.
Porque es tarde y ocaso, estoy de enhorabuena.
Me he dejado ir de mí, porque no hay fondo.
Porque es inútil, canto.
Porque es absurdo, creo.

1 comentario

luisa gubbins -

gemma querida, yo, como que no entiendo mucho todo esto. Las primeras palabras que tienen que ver con el cuadro de Chagall, me parecen preciosas y bueno, el poema de ese pata que viene después, es espectacular.
Me pasé la vida dándome de encontronazos con esas honduras en mi vida, no quería más esas intensidades pero uno no puede evitar ser lo que es. Es como eso de que hablábamos que en el fondo, uno pinta o escribe lo que nos sale de la pepa del alma, no importa cómo yo quisiera acabar pintando, siempre eso que no tiene palabras ni razón de ser, termina por encontrar su expresión.
Luisa
Congratulations honey, you´re the best!