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aunqueseaceniza

Cuando fuimos otras

Buscando ayer otra cosa, di con aquella hoja en que Julia me había copiado lo que Joan Ferraté afirmaba sobre la franqueza en sus "Cosas de ogros y pigmeos" (Dinámica de la poesía, 1968) :

Se puede ser franco por dos razones: por indiferencia o por exceso de conciencia. La mayor parte de la gente no se siente bastante segura ni tiene bastante imaginación; por eso casi todo el mundo es moderadamente hipócrita. Lo curioso es que a la vez se descubren y consiguen ocultarse. Les basta con que lo que los demás saben de ellos siga, en lo que de ellos dependa, informulado. Hablar es peligroso.

Por eso a mí siempre me ha gustado declarar verbalmente lo que los otros ya sabían y no han querido decirme: por joder, nada más, por no permitirles la comodidad; aunque a diferencia de como dice Ferraté, yo siempre lo he hecho desde la más absoluta de las inseguridades (porque la primera que quedaba a la intemperie con sus radicales verbalizaciones era yo misma).

Y no obstante... Al encontrarme con todos esos papeles, con los poemas de Labordeta que Julia me pasaba, con los capítulos de El mono gramático o con ese fragmento de Carson McCullers, he tenido la certeza de que ya nada va a tener la misma intensidad, de que solo entonces fuimos insobornablemente nosotras y de que todo entusiasmo actual no es más que un pobre remedo del de aquellos días.

1 comentario

oscar -

sí, ya, pero no. no deja de ser cómodo pensar que cualquier tiempo (lectura, vivencia, encuentro) pasado fue mejor, pero en el fondo es una postura acomodaticia, porque somos tan animales de costumbre que hasta las legañas nos pueden llegar a resultar protectoras. la de asombros que nos quedan por vivir. por ejemplo, un tal carlos marzal que vd. me presentó desde estas páginas ha sido el penúltimo de los descubrimientos. sabías que recita este miércoles en el palau de la música?