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aunqueseaceniza

Por sus foros los conoceréis

No quisiera pecar de alarmista; pero últimamente me aqueja la idea de que Europa, que hasta allá por el 42 no terminó de tener claro de parte de quién estaba, no barrió suficiente nazi después de la II, y que tras haber estado reprimiendo sus vergüenzas fascistoides durante décadas, ahora comienza a dar rienda suelta a sus verdaderos instintos. Quería leerme unos cuantos libros al respecto (microfascismos, y a la vez algo de escepticismo ante los escépticos: contradicciones de la posmodernidad, qué le vamos a hacer); pero en lugar de ello estoy llevando a cabo un trabajo de campo en el territorio del menos noble aunque más sufridamente revelador género de la noticia periodística. Desde que se produjeron los últimos altercados en Villiers-le-Bel (había que ver cómo las paredes de los bloques de pisos se convertían en los muros de una prisión vecinal lamida por el paso de los focos policiales) se han desgranado en la prensa una serie de noticias sobre inmigración que me han hecho caer del guindo: no es ya que aspectos nimios de nuestra existencia estén sometidos a diarias, sibilinas e invisibles represiones, no es ya que estemos en la era de lo que el bueno de Deleuze (arrodillémonos, ma non troppo) llamaba microfascismos, no; es que este país es un nido de racistas en el sentido más callejero del término. Y para seguir con géneros asilvestrados, en lugar de encargarle un estudio al CIS para corroborar lo que digo, no hay más que leer las opiniones de las que el personal hace su particular deposición en los foros que siguen a las susodichas noticias (milagros de la era digital: si el padre Feijoo tuvo que publicar 8 tomos de Teatro Crítico Universal para que salieran de sus escondrijos los figurones de la España reaccionaria, a nosotros nos ha bastado Internet para que los que hasta ahora acunaban un tímido brote xenófobo en lo más oculto de sus corazoncitos asomen sus cabezas con la más alegre deshinibición; pero ya estoy mezclando churras con merinas, de modo que sigo por donde iba). Pues eso: no hay más que echar un vistazo a los foros para llevarse las manos a la cabeza. Que vamos a acabar todos con el velo puesto y rezando en dirección a la Meca. Que hemos tolerado demasiado y ahora nos encontramos con las consecuencias. Que lo que hay que hacer es mandarlos a todos a su país antes de que aquí se implante un califato. Que si chusma que si hordas que si chupópteros: mis conciudadanos ya no se cortan.

Lo confieso: he sido una ingenua. Yo creía que esto iba de fuerzas policiales y de grupitos melancólicos (los unos, los otros, aquí y allá). Pero no. Resulta que el lector de La Vanguardia o de El País ve un foro y se desinhibe. Claro, es la época del desparpajo ideológico: ahí está Sarkozy, sin ir más lejos, que ha optado por desacomplejarse políticamente, y que tras llamar gentuza a los que trata como tal, ha decidido cortarse el brazo por lo sano y liderar en Europa la nueva expulsión de los moriscos (es que Sarkozy, últimamente, solo piensa con los brunis, y cómo me río yo, ay, de on m'a dit que nos vies ne valent pas grande chose, qué gran satisfacción me produce, lo reconozco, que la cantautora asistente al concierto contra la ley de inmigración haya dejado de empolvarse la nariz con alternativos cosméticos de izquierda y que haya escuchado por fin la llamada de su vocación auténtica: de la sobria habitación que se asoma al patio de vecinos (cállate, por Dios, le dice el tipo de la velita, que no puedo pegar un ojo), al cochecito ante la alfombra roja, porque tú lo vales). Y cómo aplaudían los foreros las declaraciones de Sarkozy, que va a ser que sí, que es el nuevo intérprete de la voluntad europea toda, que es la boca por la que habla el alma del pueblo, y qué pueblo: desde el entusiasta que pondría a un tirador a intervalos de 50 metros en nuestras líneas de frontera, hasta el racionalista que argumenta sobre cupos y capacidad del recipiente patrio (como Duran, que diu que la gent no se'n va del seu país per ganes, sinò per gana, home de Déu, però que a Catalunya no hi cap tothom: lógica geométrica la del cartel de campaña de CiU). Por no hablar de las razones morales que nos asisten en esta lucha contra la hipocresía y la falsedad, que es que quienes califican de racista la ley de extranjería no son sino apóstoles del error --ay, mi Mauricia, Julia Kristeva no te hubiese inventado mejor--, y quienes se escandalizan de que el personal sea medido en kilos de mantequilla (de la que sobra y se tira para mantener precios altos), unos inocentones útiles, cuando no militantes del peor fariseísmo. Acabáramos.

Pero si es que hasta de buenas intenciones está sembrado nuestro camino hacia el infierno. Para muestra, el botón con que La Vanguardia quiso limar las aristas del recelo tras la detención de los paquistaníes del Raval: que menos mal que el artículo estaba escrito con ánimo conciliador, porque si no hubiera creído que la comunidad paquistaní crece silenciosamente cual cáncer que nos corroe en la sombra... Vamos, que de vendedores de rosas han pasado ya a regentar el restaurante donde las ofrecían, y si nos descuidamos, pronto estarán dirigiendo nuestros bancos... Habráse visto. Y el forero medio, que lo entiende, asume la metáfora cancerígena: "Lo que está pasando es como un tumor maligno, si no se erradica acabará metastizando". No se preocupe usted, forero mío, que en quimioterapia andamos avanzadísimos, y si no léase las propuestas de sus conciudadanos: a la picota con todos, que los que no lo son seguro que simpatizan, sabotaje a los comercios paquistaníes --pero qué jartón de reír, por Dios, como si alguno de ellos hubiese comprado nunca en un supermercado paki-- y limpieza a fondo de la mugre medievaloide.

Porque los racionales ilustrados tenemos que protegernos, sí.

Solo que erramos el tiro.
Esta vez no ha habido muertos en el juego de los locos.
(A veces me pregunto si el terrorismo islamista no será una especie de destilación purísima de la cultura occidental.)
Digo, esta vez no habido muertos.
Pero nos han llenado de miedo.

De eso hay que defenderse.

 

1 comentario

el de tiermes -

bufff, volviste con energía y rabia renovadas. y razones, claro, razones no nos faltan. suerte que nos queda el almíbar para endulzarnos la vida. el almíbar de verdad, quiero decir, no el empalagoso de la bruni.
saludos!
óscar