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aunqueseaceniza

Las púas de punta

Mucho trabajo, mucha desorientación y mucho silencio sobre mí misma, como si no quisiera enterarme de lo que está ocurriendo en algún lugar sombrío donde los hechos se digieren mal. A principios de enero leía yo un post de alhua sobre el modo en que a veces los demás son un espejo en que nos aconsejamos a nosotros mismos. Eso me ha ocurrido ahora a mí con su post de hoy: afirmándole la beligerante cabezonería de no convertirse uno en la alcantarilla de nada, no he podido menos que acordarme de mí, en la cena de ayer, vistiéndome de erizo (traje que no me va ni aunque me lo arreglen). He tenido que sonreírme a medias, y se me ha pasado un poquito el encono.

Veremos a ver si el paso de los días me trae la calma.

2 comentarios

inwit -

Con lo bien que nos sienta un traje de piel-imán no entiendo por qué buscamos otros en los armarios de la consciencia...

alhua -

a mí es que tampoco hay que hacerme mucho caso a veces...
(gracias por recordarmelo, jiji)
Creo que el traje de erizo deberían prohibírnoslo para todos.
un beso!